Wesminster Cathedral, una joya neo-bizantina de la Iglesia Católica

Igual que mucha gente confunde el Puente de Londres con el Puente de la Torre, mucha gente confunde la Catedral de Westminster con la Abadía de Westminster.

No obstante, esta común confusión tiene implicaciones religiosas, ya que la Abadía de Westminster, ubicada junto a las Casas del Parlamento, pertenece a la Iglesia Anglicana, mientras que la Catedral de Westminster, situada en Victoria Street, pertenece a la Iglesia Católica (de hecho, se trata de la mayor iglesia católica de Inglaterra y Gales y la sede del Arzobispo de Westminster).

Westminster Cathedral

Un historia de lo más peculiar

Para nosotros, que no somos personas religiosas, lo más apasionante de las iglesias y de las catedrales es su historia, ya que a veces ésta esconde secretos y curiosidades que aportan al edifico un valor añadido e impagable. Esto mismo ocurre con la historia de la Catedral de Westminster.

El terreno donde hoy día está construida la catedral, originalmente conocido como Bulinga Fen, formaba parte de la zona pantanosa que rodeaba Westminster. El terreno, que fue reclamado por los Monjes Benedictinos (quien eran a su vez los constructores y propietarios de la Abadía de Westminster), fue utilizado para montar un mercado y una feria, y posteriormente un laberinto, un pleasure garden (jardín público donde se ofrecían conciertos y otros entretenimientos) y una plaza de toros. Vamos, nada muy “sagrado” que se diga…

En el siglo XVII, parte de este terreno fue vendido por la Abadía para la construcción de una prisión, que tras varias reconstrucciones y ampliaciones, permaneció allí hasta 1884, cuando, tras la reforma y estando recién restaurada la jerarquía de la Iglesia Católica de nuevo en Inglaterra, ésta consiguió reunir algunos fondos, que fueron destinados a comprar este terreno con el objetivo de construir la catedral más importante de la Iglesia Católica en Inglaterra: La Catedral de Westminster.

Arquitectura neo-bizantina y mosaicos

La edificación de la catedral comenzó en 1895 y fue diseñada bajo el estilo neo-bizantino por el arquitecto victoriano John Francis Bentley. La catedral abrió sus puertas en 1903, poco después de la muerte del arquitecto, y fue consagrada como lugar de culto en 1910.

Su arquitectura neo-bizantina no es muy común en Londres, lo que hace que esta catedral sea fácilmente reconocible y llame la atención de los turistas que pasan por delante.

Su interior, por lo que hemos podido leer, ya que no hemos entrado en la catedral, no decepciona. La catedral cuenta con finos trabajos hechos en mármol, y con mosaicos mundialmente reconocidos, como “Las estaciones de via-crucis”, del escultor Eric Gill.

Westminster Cathedral

Ahora, cuando vengas a Londres y pasees por Westminster, ya sabes que hay una catedral que, sin tener la historia que tiene la Abadía de Westminster, es digna de visitar y es todo un símbolo para la Iglesia Católica en Inglaterra. Además, su arquitectura contrasta tanto con la de los edificios y construcciones de la Ciudad de Westminster, que bien merece la pena visitarla, aunque sea desde fuera.

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